Índice de contenido
SOBRE DEFENSORAS QUE INSPIRAN
El programa Defensoras Que Inspiran es un iniciativa de EmpoderaME y Defiende Venezuela, organizaciones jóvenes lideradas por mujeres que decidieron unirse para crear un proyecto que recibiera lo mejor de los conocimientos y aprendizajes de ambos equipos de trabajo para contribuir a la lucha contra la deslegitimación y estigmatización de las personas que defienden los derechos humanos en Venezuela y, en particular, de las mujeres defensoras; sobre quienes reposa un velo que invisibiliza y demerita el trabajo que diariamente realizan en la exigencia de respeto y garantía de los derechos fundamentales de los venezolanos.
Se diseñó un programa formativo para fortalecer, visibilizar y promover el liderazgo y labor de las mujeres con el objetivo de reivindicar su rol como agentes de cambio en la sociedad y reconocerlas diversidades de áreas de trabajo y trayectoria de éstas. Con esta iniciativa también buscamos hablarle a la mujer anónima, esa que no se encuentra bajo los reflectores de la opinión pública, y decirle: te vemos, no estás sola, tu trabajo es importante.
En esta primera cohorte del programa contamos con la participación de más de 140 defensoras de derechos humanos provenientes de los estados Amazonas, Anzoátegui, Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Falcón, Guárico, Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Portuguesa, Táchira, Trujillo, Zulia y el Distrito Capital. Luego de 3 meses de formación egresó un grupo plural y representativo del rol fundamental de la mujer en la defensa de los derechos humanos en Venezuela: ellas nos inspiran.
Es por esto que, como celebración del esfuerzo tanto del equipo interorganizacional de Defensoras Que Inspiran, como de las defensoras de derechos humanos venezolanas, preparamos el material “Defensoras Que Inspiran: historias de defensoras emergentes de derechos huma- nos en Venezuela”. En las páginas siguientes se presentarán breves relatos de 16 defensoras, y además, reconoceremos la participación de las egresadas publicando el anuario de la 1era cohorte del programa formativo.
Estas historias nos permitirán conocer mejor, y de primera mano, qué inspiró a estas mujeres para asumir un rol de liderazgo en la defensa de los derechos humanos de sus conciudadanos, así como los múltiples obstáculos que con empeño superaron para persistir en esta noble labor. Confiamos en la importancia del trabajo que se ha realizado y vemos con ilusión continuar formando y visibilizando el rol de la mujer Venezuela.
Equipo Defensoras Que Inspiran
HISTORIAS DE DEFENSORAS EMERGENTES de derechos humanos en Venezuela
Una persona defensora de los derechos humanos es aquélla que de cualquier forma promueva o procure la realización de los derechos humanos y las libertades funda- mentales reconocidas nacional e internacionalmente cuyo único criterio de identificación es a partir de las actividades que realizan. El trabajo de las personas defensoras de derechos humanos es condición sine qua non para la universalización de los mismos; su respeto y protección es síntoma de existencia de un sistema democrático y de Estado de derecho.
El respeto y protección inician en el reconocimiento, por lo tanto, esta sección usará las páginas siguientes para invertir en las voces de mujeres defensoras de derechos humanos con perfiles, recorridos, causas e impacto multinivel.
Queremos dar a conocer a las participantes destacadas del programa Defensoras Que Inspiran. Creemos que a partir de las historias de Alaila Escorcia, Ariadna Quiroga, Clairet Pernía, Elvira Llovera, Gabriela Vargas, María Fernanda Pereira, Michel Rozo, Michelle Artiles, Neribeth Bracho, Olga González, Sabrina Chirinos, Sandra Álvarez, Sugled Gasparini, Yasmín Alviarez Gauta y de las directoras de Defiende Venezuela y EmpoderaME, Génesis Dávila y Eva Sabriego; podremos inspirar a la sociedad venezolana y, en particular, a todas las mujeres y niñas que sienten indignación ante la injusticia a dar el paso, tomar decisiones e iniciar el cambio que quieren ver en el país:
LAS NECESITAMOS.
Elvira Llovera - Renacer todos los días.
Mujeres que le inspiran: la mujer venezolana anónima que se levanta día a día a luchar por su familia y el país
A las 8:30 a.m del 28 de diciembre de 1996 fui la mujer más feliz de este mundo: NACIÓ MI AMADO HIJO JUAN PABLO.
Cuando lo pusieron en mis brazos, tan hermoso y perfecto era que no supe si reír o llorar de felicidad. Agradecí a Dios por haberlo enviado y permitirme ser su madre. Tuve la dicha de verlo crecer como un joven soñador, sonriente, optimista, con una profunda convicción y apasiona- do por las causas que creía justas. Desde pequeño le inquietaba la desigualdad, se preguntaba por qué en un país tan rico había personas comiendo de la basura, por qué niños morían por falta de medicinas: él mismo sufrió como su hermana padecía cáncer.
A sus cortos 20 años, y a pesar de no haber vivido un sistema de gobierno distinto, mi hijo creía que las cosas podían y debían cambiar para que todos los venezolanos pudiéramos vivir digna- mente. Su amor por Venezuela le impedía irse del país. Aquí estaban sus ilusiones y su familia.
JUAN PABLO ESTABA CONVENCIDO DE TENER EL DERECHO A PENSAR DIFERENTE, A MANIFESTAR Y ALZAR SU VOZ PARA SER ESCUCHADO.
El 26 de abril de 2017 mi hijo salió con amigos y compañeros de universidad a protestar. Ese día la represión fue brutal, como en todas las manifestaciones del 2017. Juan Pablo fue asesinado por un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana, quien le disparó una bomba lacrimógena directamente a su pecho. Así, sin más, le arrebataron la vida, y con él murieron sus sueños y muchos de los míos.
A MI ME DESTRUYERON, ESE DÍA MI HISTORIA PUDO HABER TERMINADO.
Sería lógico, e incluso, creo que eso es lo que el gobierno hubiese preferido: que, hecha pedazos quedara inmersa en la desesperación y el dolor. Sin embargo, he renacido. Todos los días vuelvo a nacer. Junto todas mis piezas rotas y enfrento este dolor con un solo objetivo: ser la voz de Juan Pablo. Por esta razón, hace 5 años empecé junto a mi esposo a buscar a otras familias de personas asesina- das durante las protestas del 2017.
Así nace la Alianza de familiares y Víctimas de violaciones de derechos humanos en Venezuela (ALFAVIC VZLA), con un chat por whatsapp que no era más que un espacio para drenar nuestro dolor y, poco a poco, se transformó en ganas y fuerza de voluntad para buscar justicia para nuestros seres queridos.
DECIDÍ SER DEFENSORA.
Decidí ser defensora de derechos humanos por mi hijo, quien aún sin saberlo, era activista. En estos años mi misión se ha transformado: quiero, en nombre de Juan Pablo y los venezolanos que aposta- ron por la libertad, dejar sembrada una semilla de humanidad y dignidad para que las próximas generaciones no tengan que sufrir lo mismo.
Mi trabajo consiste en la búsqueda de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición por las graves violaciones de derechos humanos que han ocurrido en Venezuela. Y, en el cumplimiento de esto alzaré mi voz en todos los espacios posibles, nacional e internacionalmente. Mi lucha hoy no es únicamente por los asesinatos, es también por las personas detenidas arbitrariamente, torturadas y desaparecidas: todas las víctimas del Estado venezolano. A través de la ALFAVIC VZLA incentivo, promuevo y visibilizó la memoria histórica sobre lo sucedido en nuestro país. Desde 2017 he conocido lo mejor y lo peor de las personas. Así como me enfrento ante un sistema indolente y criminal que juega con el dolor de la pérdida y nos niega la justicia; he conocido personas maravillosas y aliados invaluables, personas para quienes los sacrificios de Juan Pablo y los demás venezolanos son importantes. Así mismo, en este tiempo me he preparado y aprendido sobre: derechos humanos, alzar la voz, hacer informes, establecer alianzas y buscar aliados y todas aquellas cosas que me permitan alzar la voz acerca de las constantes violaciones a los derechos humanos que ocurren en Venezuela. Sé que debo continuar aprendiendo en este camino tan largo que es la búsqueda de justicia.
ESTA HISTORIA MÍA AÚN NO TERMINA.
Realmente no sé si algún día terminará, porque es una historia de amor. Amor por mi hijo, por mi familia, por mi país y por los sueños. Aquellos que quedaron sin cumplir y los que vendrán.
“MI TRABAJO CONSISTE EN LA BÚSQUEDA DE VERDAD, JUSTICIA, REPARACIÓN Y GARANTÍAS DE NO REPETICIÓN POR LAS GRAVES VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS QUE HAN OCURRIDO EN VENEZUELA”
– Elvira Pernalete
Alaila Escorcia - Una voz para el cambio
Mujeres que le inspiran: Eva Sabariego, Génesis Dávila, Malala Yousafzai
INSISTIR, PERSISTIR Y NUNCA DESISTIR.
Esta frase me ha acompañado durante varias etapas de mi vida para alcanzar aquellas cosas que deseo. Mi camino en el mundo de los derechos humanos recién está iniciando. Mi primer contacto fue en la universidad, estudiaba Derecho en la Universidad de Carabobo y cursé un seminario de derechos humanos. Ahí despertó mi curiosidad porque pude contrastar muchas de las cosas que aprendía con las que veía y vivía diariamente. Entendí que las cosas podían y debían ser mejores, que no podría ser indiferente, y surgió en mí la necesidad de contribuir de alguna forma.
ESTOY ADQUIRIENDO HERRAMIENTAS PARA TOMAR ACCIONES LO MÁS PRONTO POSIBLE.
Gracias a programas como “Defensoras Que Inspiran” he podido conocer el trabajo de mujeres maravillosas y siento que puedo contribuir a generar un cambio en la sociedad desde la promoción y defensa de los derechos humanos. Para mí ya fue suficiente, ya estuve mucho tiempo del “otro lado”, ahí donde está el “ciudadano común” que ve cómo se afectan sus derechos humanos pero que no termina de encontrar las formas para expresarse.
ASÍ COMO MADELEINE ALBRIGHT:
Me tomó bastante tiempo desarrollar una voz, y ahora que la tengo, no voy a estar en silencio. Hay mucho por hacer y eso me emociona, quiero que las normas existentes sean aplicadas para el beneficio y la dignidad de todas las personas en el país.
La represión y violación masiva de los derechos humanos que tuvieron lugar en Venezuela duran- te los ciclos de manifestaciones sociales de 2014 y 2017 y la crisis de los servicios básicos son los principales motivos por los que he decidido convertirme en una defensora de derechos humanos.
EL CONOCIMIENTO ES FUNDAMENTAL
Para esto, el conocimiento es fundamental, porque saber de algo implica crearlo en la mente y poco a poco ir tomando acciones que nos lleven a materializar lo que queremos.
Una de las cosas más importantes que he aprendido es que esta labor no le pertenece solo a personas especializadas o diferentes al resto, la defensa de los derechos humanos es para todas las personas, porque tenemos el derecho a tener derechos y el derecho a defender los derechos humanos. Una defensora de derechos humanos puede surgir de cualquier ámbito y contexto.
LO ÚNICO QUE NECESITAMOS ES VOLUNTAD, COMPROMISO Y AMOR.
Mi deseo es que Venezuela pueda volver a ser un país democrático y de Estado de Derecho, en el que no se criminalice ni se persiga a las personas que defienden los derechos humanos, un país en el que podamos tener una vida sin miedo y libre de violencia para las mujeres y con oportunidades para que todos podamos alcanzar una vida digna.
“ENTENDÍ QUE LAS COSAS PODÍAN Y DEBÍAN SER MEJORES, QUE NO PODRÍA SER INDIFERENTE, Y SURGIÓ EN MÍ LA NECESIDAD DE CONTRIBUIR DE ALGUNA FORMA”
– Alaila Escorcia
Ariadna Quiroga - Voluntad y conocimiento
Mujeres que le inspiran: Mujeres que se apoderan de las herramientas para un crecimiento personal y de su entorno.
Siendo muy joven, en la escuela de Derecho de la Universidad Central de Venezuela, participé de un voluntariado de la universidad en centros penitenciarios. Esta experiencia me marcó, porque con ella conocí que mi vocación estaba en el servicio a las comunidades y grupos en situación de vulnerabilidad. Con el pasar de los años y mi crecimiento profesional descubrí que mi propósito de vida es el empoderamiento de niños, niñas y adolescentes (NNA) y la prevención de la violencia escolar e intrafamiliar.
MI CAMINO NO HA SIDO SENCILLO.
he conocido muchas historias dolorosas de abusos y maltratos que han llegado a lo más profundo de mi alma, sin embargo, estas mismas han servido como combustible, fortaleciendo mi compromiso, y me han llevado a formarme constantemente, no por una cuestión de ego ni interés de acumular títulos y reconocimientos, sino para actualizar las herramientas que dispongo y mejorar mis técnicas de aproximación e intervención.
Si tuviera que resumir de alguna forma lo que hago como defensora de derechos humanos, sería diciendo que mi labor consiste en el acompañamiento y transmisión de conocimientos y herramientas que les sirvan a NNA y mujeres para empoderarse y usar efectivamente los mecanismos administrativos y jurisdiccionales disponibles para la defensa de sus derechos y para que puedan construir una vida digna y libre de violencia. Para mí es fundamental el rol de los mecanismos institucionales, y aún más la necesidad de desarrollar capacidades en las comunidades a quienes están dirigidos. Por esta razón, cada vez que alguna de las personas que acompaño logra emplear efectivamente alguno de estos mecanismos lo considero un logro, que, si bien pudiera parecer pequeño, a mi como operador del sistema, me parece extraordinario y se transforma en un impulso más para continuar.
Más allá del reconocimiento o lo mediático de nuestro trabajo, el valor profundo de las defenso- ras de derechos humanos consiste en que tenemos la capacidad de impactar en nuestro entorno inmediato sin intermediarios ni grandes capacidades logísticas u organizacionales.
TU: NIÑA, JOVEN, MUJER QUE ME ESTÁS LEYENDO. TU TIENES LA CAPACIDAD DE EMPEZAR A TRANSFORMAR REALIDADES HOY MISMO. SOLO NECESI- TAS DOS COSAS: VOLUNTAD Y CONOCIMIENTO.
Quiero contarte una experiencia que tuve cuando, así como todo el mundo, estaba encerrada en mi casa producto de las medidas de aislamiento adoptadas por la pandemia del COVID-19. De un día a día movido y activo pasé a estar todo el tiempo en casa sin poder acudir a las comunidades en las que realizo mi trabajo. Pasaba el tiempo y me generaba una gran inquietud pensar que los NNA de mi edificio pudieran estar pasando momentos difíciles mar- cados por la ansiedad, la depresión e, incluso, la violencia en sus hogares.
ASÍ FUE COMO DECIDÍ ORGANIZARME.
Diseñé un plan de actividades y con la ayuda de algunos vecinos invitamos a todos los NNA del edificio a ver películas que proyectamos en el salón de fiestas para luego debatirlas y conversar un rato. Poco a poco pude notar el cambio entre los que asistían. Primero empezamos a conocernos. Descubrí que por lo general los NNA de mi edificio no interactúan entre ellos -los adultos tampoco- y a partir de estos encuentros semanales empezaron a surgir amistades entre todos. Para mí esto ya era un éxito rotundo, porque estábamos construyendo lazos en nuestra comunidad.
Lo segundo que sucedió es que con el pasar de los días las conversaciones luego de las películas se fueron tornando cada vez más interesantes y profundas. Una vez que hay confianza se puede hablar con libertad y todos pudimos contar nuestros sentimientos y las cosas que sucedían en nuestros hogares. De esta forma se logró identificar un caso de violencia intrafamiliar que pudimos atender.
Ya no estamos en el mismo contexto, pero los lazos que construimos quedaron y estoy segura que hoy la comunidad de mi edificio está mucho más fortalecida y feliz a pesar de haber atravesado una situación tan atípica y complica- da. La lección o reflexión que quisiera transmitir era la que mencionaba anteriormente: solo necesitamos conocimiento y voluntad. La voluntad está en nosotras y el conocimiento, si no se tiene, se puede buscar, incluso, es una oportunidad para reconocer nuestras capacidades y buscar aliados que nos acompañen a construir el cambio que queremos generar.
“LA LECCIÓN O REFLEXIÓN QUE QUISIERA TRANSMITIR ERA LA QUE MENCIONABA ANTERIORMENTE: SOLO NECESITAMOS CONOCIMIENTO Y VOLUNTAD”
– Ariadna Quiroga
Clairet Pernía - La empatía salva vidas
Mujeres que le inspiran: Eleanor Roosevelt, Eva Perón, Meena Nezami
Todas las mujeres merecemos una vida libre de violencia, ser respetadas y que los hombres nos vean y traten como iguales. Es necesario que los roles y relaciones de poder entre hombres y mujeres sean redefinidas a través del respeto.
MI MISIÓN EN LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS TIENE UN ENFOQUE DE GÉNERO POR MI HISTORIA DE VIDA.
Fui víctima de violencia doméstica desde muy tem0prana edad, a los 17 años era vulnerada verbal, psicológica y físicamente por quien era mi pareja y padre de mis dos hijos. Fueron 7 años en los que viví situaciones horribles -incluyendo amenazas de muerte- que llegaron a presenciar mis hijos. Un círculo vicioso en el que no terminaba de separarme, nunca denuncié por miedo e ingenuidad, por confiar en una promesa vacía, hasta que un día decidí que no lo toleraría más.
UNA DECISIÓN ROTUNDA.
Una decisión rotunda y definitiva que se convirtió en un destello de luz a partir de la cual jamás volvería a permitir que me maltrataran y de la que pude empezar a sanar.
Estudié Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello para atender la situación de la violencia de género, para hacer de mi experiencia algo que ayudé a otras mujeres a ser libres. En estos años la violencia contra la mujer se ha visibilizado cada vez más y he podido conocer de situaciones similares a la mía, e incluso casos más graves que me hacen pensar que, si no hubiese tomado la decisión correcta, tal vez yo no estaría aquí.
SI NO HUBIESE TOMADO LA DECISIÓN CORRECTA, TAL VEZ YO NO ESTARÍA AQUÍ.
Creo que una de las primeras cosas que debemos hacer es desarrollar la empatía en la socie- dad, yo lo hago con mis hijos al hablarles de lo que significa el maltrato y enseñarles a ponerse en los zapatos del otro porque, tal y como leí alguna vez, cuando nuestro corazón está repleto de empatía, un fuerte deseo de eliminar el sufrimiento ajeno surge dentro de nosotros. Por eso es importante que todos conozcamos y entendamos que nadie merece ser abusado y maltratado, que las mujeres, tal y como cualquier hombre, tenemos derecho a ser felices y perseguir nuestros sueños, que no somos pro- piedad de alguien, y que las niñas, adolescentes y mujeres -y también todos los hombres- necesitan tomar conciencia de que el amor no es sinónimo de golpes e insultos, que el amor es sinónimo de libertad y dignidad.
PIENSO QUE EL PROBLEMA DE URGENCIA QUE DEBEMOS ATENDER COMO SOCIEDAD ES EL DE LOS FEMICIDIOS
Esta triste realidad que enluta a muchas familias tiene solución si nos comprometemos como sociedad a dejar atrás la complicidad del silencio y empezamos a hablar sobre cómo reconfigurar las formas en que nos relacionamos. Mi objetivo actual como defensora de derechos humanos consiste en difundir y visibilizar los pasos que han dado las mujeres y la importancia de que conquisten roles de mayor relevancia en la sociedad, entendiendo que somos herederas de las luchas de las mujeres del pasado, y que no somos las primeras ni seremos las últimas en transitar este camino.
NUESTRA MISIÓN.
Por lo tanto, nuestra misión es avanzar. Somos mucho más que madres, esposas e hijas. Somos líderes y agentes de cambio con la capacidad de salvar las vidas de muchas mujeres y de recomponer el espíritu de nuestra sociedad.
“SOMOS HEREDERAS DE LAS LUCHAS DE LAS MUJERES DEL PASADO, Y QUE NO SOMOS LAS PRIMERAS NI SEREMOS LAS ÚLTIMAS EN TRANSITAR ESTE CAMINO”
– Clairet Pernía
María Fernanda Pereira - Rompiendo el techo de cristal
Mujeres que le inspiran: Natalie Blandler, Eva Sabariego, Gabriela Martínez
Recuerdo que desde muy pequeña pude identificar que en el país algunas cosas no estaban bien. A medida que fui creciendo y la crisis humanitaria se terminaba de gestar inicié mi formación universitaria y descubrí que muchas de esas cosas eran violaciones de derechos humanos.
DECIDÍ INVOLUCRARME PARA SER PARTE DE LA GENERACIÓN QUE CONSTRUYERA UNA ALTERNATIVA DE CAMBIO.
Durante los períodos de manifestaciones socia- les de 2014 y 2017 fui testigo y víctima de abusos por parte del Estado venezolano. Fui amedrentada, detenida y golpeada por funcionarios de las fuerzas de seguridad. Esto llegó a generar un temor muy grande por mi integridad. Pero, así como tomé la decisión de involucrar- me, decidí no rendirme y seguir luchando.
CAPACITARME EN DERECHOS HUMANOS MOLDEÓ MI CRITERIO Y PERSONALIDAD.
Gracias a EmpoderaME he sido parte de diferentes programas formativos en los que he sido capacitada en muchas áreas de conocimiento que me han dejado como mayor aprendizaje el reconocimiento de la importancia que tenemos las mujeres como agentes de cambio. Nosotras, de forma colectiva o individual y única- mente con nuestro ejemplo, podemos inspirar a nuevas generaciones.
Gracias a esta organización y Eva Sabariego tuve también la oportunidad de romper mi techo de cristal al ser parte de la directiva del programa “Tu Amor Te Empodera”.
UNA GRAN CONEXIÓN.
Proyecto en el que conocí a muchas otras jóvenes que atravesaban y padecían situaciones muy similares a las mías. Jóvenes con las que establecí una gran conexión y de quienes puedo decir que son parte funda- mental del crecimiento de mi liderazgo.
Digo que rompí mi techo de cristal porque luego de esta increíble experiencia integré otras iniciativas de formación, promoción y visibilización de la situación de los derechos humanos en Venezuela.
UNA DE ESTAS ES LA ALIANZA GLOBAL DE JÓVENES POLÍTICOS.
Organización de la que soy cofundadora y mediante la que denuncié la situación venezolana y exigí la liberación de todos los presos políticos durante mi discurso en su primer congreso, realizado en Colombia, en el que participaron más de 150 jóvenes provenientes de 10 países. Entre ellos: Bolivia, Colombia, Guatemala, México y Venezuela.
MI MAYOR INSPIRACIÓN ES VENEZUELA, LA POSIBLE. UN PAÍS QUE QUIERO CONSTRUIR CON EL FRUTO DE MIS APRENDIZAJES Y LUCHAS.
Además de esto, desarrollé proyectos formativos con enfoque de derechos humanos para las juventudes del partido Voluntad Popular, partido en el que actualmente soy la responsable regional juvenil por el estado Carabobo.
Particularmente, la misión que como activista y defensora he asumido es integrar la perspectiva de derechos humanos a la militancia política para estimular nuevas formas de participación ciudadana y de quehacer político colocando la dignidad de la persona en el centro. Confío en que además de permitirnos nuevas formas, los derechos humanos servirán como una herramienta de entendimiento para conciliar una visión compartida de país en la que puedan convivir las distintas ideologías y sectores de la sociedad venezolana en igualdad de dignidad y derechos.
“LOS DERECHOS HUMANOS SERVIRÁN COMO UNA HERRAMIENTA DE ENTENDIMIENTO PARA CONCILIAR UNA VISIÓN COMPARTIDA DE PAÍS”
– María Fernanda Pereira
Gabriela Vargas - La mayor riqueza natural
Mujeres que le inspiran: Dian Fossey, Diana de Gales, Irena Sendler
Cuando te das cuenta del valor de la vida, uno se preocupa menos por discutir sobre el pasado y más en la conversación para el futuro. Estas son palabras de Dian Fossey, mujer con la que siento una gran conexión, porque compartimos el amor por la naturaleza, y de la que recibo una gran inspiración por su historia de vida:
TOMÓ LA FIRME DECISIÓN DE LUCHAR CON CONVICCIÓN POR SUS SUEÑOS.
Venezuela es mi pasión, por eso amo hacer turismo y conocer algunos de los increíbles y hermosos lugares que tiene. Sueño y deseo recorrer todo el país y poder compartir mis experiencias con todas las personas a quienes pueda llevar mi mensaje, bien sea en mi entorno directo o a través de redes sociales.
MI OBJETIVO ES SER UN VEHÍCULO PARA LA DIFU- SIÓN DE LA MAYOR RIQUEZA NATURAL QUE TENEMOS: LA BONDAD DE NUESTRA GENTE.
Gracias a las personas maravillosas que he conocido en el país y las penurias que los he visto sufrir, surgió en mí la necesidad de aprender y defender los derechos humanos. La gravedad y urgencia de sus situaciones me llevaron a tomar la decisión de hacer algo para poder ayudarles.
Inicié formándome en derechos humanos; así como con el país, no se puede defender aquello que no se conoce. Mi meta era desarrollar capacidades y adquirir herramientas que me permitieran impactar de forma positiva en comunidades en situación de vulnerabilidad y difundir de forma efectiva un mensaje de amor y solidaridad para que los venezolanos tomen conciencia de estos sectores marginados y se exija la atención pertinente por parte del Estado para brindarles condiciones dignas.
HISTORIAS DE ÉXITO.
Organizaciones como Nawaraos; E-VEN Project y la Fundación Proyecto Maniapure son historias de éxito acerca del impacto que quisiera generar, porque han logrado involucrarse de manera efectiva con las poblaciones locales e indígenas aisladas y desatendidas que residen en los paraísos terrenales que hay a lo largo de nuestro país.
SIN EMBARGO, ¿POR QUÉ LOS DERECHOS HUMANOS?, QUIZÁ ALGUNAS DE USTEDES SE PUEDAN PREGUNTAR ESTO.
Hay muchos caminos para impactar positivamente sobre nuestra realidad, pero opté por seguir la senda en la que confío que podré desarrollar capacidades y empoderar a los más necesitados, y así visibilizar sus historias en aras de integrar- los como piezas fundamentales en la construcción de un mejor país.
Lamentablemente, Venezuela sigue atravesando una crisis humanitaria compleja en la que el Estado constantemente continúa violando derechos humanos de diversas maneras, incumpliendo sus obligaciones de respeto y garantía.
VENEZUELA NO ESTÁ MEJOR, CONTRARIO A LO QUE SE QUIERE HACER CREER.
Pero, a pesar de esto, proyectos como Defensoras Que Inspiran, y todos aquellos que se enfocan en fortalecer a las mujeres y demás personas que luchan por los derechos humanos, me brindan esperanza, porque me han ayudado a conocer a muchas, muchísimas otras personas que, de manera individual y colectiva, aportan perseverantemente su granito de arena para el regreso de la democracia, el Estado de derecho y, en definitiva, la construcción de la mejor Venezuela que tanto anhelamos.
“LA GRAVEDAD Y URGENCIA DE SUS SITUACIONES ME LLEVARON A TOMAR LA DECISIÓN DE HACER ALGO PARA PODER AYUDARLES”
– Gabriela Vargas
Michel Rozo - Quiero, sueño y trabajo por un país diferente.
Mujeres que le inspiran: Yolangel Guerra, Omaira Cedeño, Miriam Cedeño
Siempre quise ser abogada, desde pequeña veía en las leyes la posibilidad de hacer el bien. Mi interés en ellas surgió conforme se gestaba la crisis en el país y gracias a la inspiración de Omaira y Miriam Cedeño. Omaira, mi madre, es docente y me enseñó el valor del respeto y la empatía: fundamentales para hacer frente a la injusticia y luchar por los necesitados. Miriam, mi tía, me ha demostrado cómo con el amor y la fuerza de voluntad se pueden conseguir cosas que otros consideran imposibles.
SALÍ A EXIGIR CAMBIOS.
Cuando estudiaba Derecho en la Universidad Santa María4 se dieron los ciclos de manifestaciones de 2014 y 2017. Al igual que cientos de miles de personas, salí a exigir cambios en las políticas del Estado venezolano. En esos días pude ver y sufrir los abusos de las fuerzas de seguridad. Varios de mis amigos fueron privados de libertad de forma arbitraria e, incluso, yo misma fui víctima de abusos. A partir de estas situaciones surgió en mí la necesidad de hacer algo para defender a las víctimas del Estado, aunque aún no hubiera conseguido el espacio para poder hacerlo.
Decidí iniciar por formarme en derechos humanos y, faltando poco para culminar mi carrera, encontré una organización que me dio la oportunidad de desarrollarme profesionalmente en esta área. Fue así como llegué a la Fundación de Derechos Humanos de los Llanos (FUNDEHU- LLAN). Aquí soy parte del equipo que documenta, denuncia y difunde las vulneraciones a los derechos humanos en Venezuela. Además, participo en actividades formativas dirigidas a comunidades vulnerables y grupos de técnicos y profesionales de distintas áreas.
EN FUNDEHULLAN HE PODIDO CONOCER Y TRABAJAR JUNTO A UNA PERSONA QUE ME INSPIRA A NO DECAER E INSISTIR EN LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS: JULIA ZAMBRANO.
Julia es la madre de Wilmer Mendoza, joven asesinado el 23 de enero de 2019 durante una manifestación pacífica en Barinas. El caso de Wilmer lo he asumido personalmente, porque yo también asistí a esa manifestación y ese día me pudieron haber asesinado a mí. Lo único que hizo que las cosas ocurrieran de una forma y no otra fue el azar de la vía de escape que tomamos ese día.
FORTALEZA INQUEBRANTABLE.
Wilmer fue por un lado y lo asesinaron y yo fui por otro y pude vivir. La fortaleza inquebrantable de Julia es un recordatorio del propósito de mi trabajo: justicia.
Defender los derechos humanos en Venezuela no es una tarea sencilla. Por un lado, está el desconocimiento, desesperanza y miedo y, por el otro, la estigmatización, criminalización y persecución por parte del Estado venezolano. A esto, hay que sumarle la transversalidad de ser mujer, cosa que hace que la defensa de los derechos humanos sea aún más riesgosa. Lo más lamentable es como hemos normalizado la violencia y se considera “parte del oficio” la posibilidad latente de ser detenidos arbitraria- mente por nuestro trabajo.
Esta es una de las tantas cosas que busco cambiar. Deseo un país en el que nadie deba vivir con miedo, sea porque trabaje en la promoción y defensa de los derechos humanos o porque salga a la calle a ejercer su derecho a la libertad de expresión y protesta pacífica. Sueño con un país en el que el Estado sea garante y respete nuestros derechos fundamentales y en el que todas las personas comprendan que hay derechos sobre los que nada ni nadie puede pasar.
Quiero un país con más y mejores oportunidades para las mujeres, sean defensoras de derechos humanos o no. Que todas seamos libres de desarrollar nuestras capacidades al máximo y podamos vivir libres de violencia y estigmas.
MI OBJETIVO ES FORMAR PARTE DEL CAMBIO EN VENEZUELA.
Considero que solo a través del respeto, la tole- rancia y el entendimiento podremos construir la paz y estabilidad que nos permita hacer una revisión profunda de todo en el país y luego decidir qué cambiamos y qué conservamos. Para esto, pienso que los primeros pasos son, por un lado, garantizar que el rol de la mujer sea verdaderamente protagónico y, por el otro, que todas las personas comprendan que, si bien es deber respetar los derechos de los demás, es aún más importante luchar por mantener los propios.
“PODREMOS CONSTRUIR LA PAZ Y ESTABILIDAD QUE NOS PERMITA HACER UNA REVISIÓN PROFUNDA DE TODO EN EL PAÍS Y LUEGO DECIDIR QUÉ CAMBIAMOS Y QUÉ CONSERVAMOS”
– Michel Rozo
Michelle Artiles - La lucha por ser
Mujeres que le inspiran: Todas aquellas luchan y viven su activismo.
Nací dos veces, la primera vez, el 21 de septiembre del 2000, la segunda, 19 años después: cuando transicioné. Mi vida ha estado marcada por la constante del cambio y nunca he temido afrontarlo. Estoy agradecida de ser quien soy.
Inicié a transicionar cuando mi padre falleció. A partir de ese gran cambio me permití explorar quién era y el por qué. A medida que encontré respuestas empecé a ser Michelle. Para mi, ser es una lucha constante por mi derecho a la identidad, derecho a que mi sentir sea reconocido y respetado.
ACTIVISMO CONSTANTE.
Mi vida es un activismo constante cuyo objetivo es la divulgación formada e informada. En el pasado me hubiera gustado cambiar y reformar el status quo de la sociedad venezolana. Sin embargo, hoy apunto a enseñar a todo aquel que me conozca, escuche o lea.
Cualquier momento y espacio es valioso para difundir y potabilizar mi experiencia. En casa, donde recuerdo a mis familiares mi nombre y pronombre. En la universidad, donde constantemente tengo que explicar por qué mis documentos no reflejan mi identidad. En las redes sociales, donde debo aguantar todo lo que puedan decirme solo por estar ahí y ser.
Mi lucha es colectiva, no soy solo yo, es la “vida” de la mujer trans. A nosotras nos humillan, discriminan, violan y matan casi bajo el amparo del Estado: porque no nos reconoce, sino que nos invisibiliza. Estado que no nos permite adquirir una vivienda, ni gozar de servicios básicos de salud o, simplemente, ser llamadas por nuestro nombre.
Ese es nuestro pan de cada día. Vivir, si bien no es una victoria definitiva, es un privilegio que no todas mis hermanas tienen, y por eso, todos los días me siento orgullosa de ser quien soy y mi mayor resistencia es informar y divulgar.
Hablo, grito y repito una y otra vez las cifras de las que no se hablan, los casos de trans femicidio que no salen en la prensa.
Soy una voz, la propia y la de las que faltan. Yo solo quiero ser una persona que pueda viajar, estudiar, aplicar a oportunidades de trabajo y estudios e ir con mi pareja de la mano. Vivir no debería ser una proeza.
Sé que Venezuela tiene que cambiar muchas cosas para alcanzar igualdad en dignidad y derechos para todas las personas, pero no se puede seguir postergando el derecho a la identidad de las personas trans. Identidades de miles de personas que no existen para el Estado venezolano. El primer paso para una Venezuela distinta es que todas las personas existamos. Solo así seremos verdaderamente iguales ante la ley.
Por eso admiro a las activistas de “carne y hueso”, esas que están en la calle luchando y demostrando que sí existimos.
Como Tamara, una de las primeras que alzó su voz y me inspiró. Jessica Eva, quien antes de irse en búsqueda de un mejor futuro plantó la semilla del cambio. Richelle, quien está en la Asamblea luchando por la ley de identidad. Y Priscilla, quien es una madre para mí. Codo a codo con estas mujeres sé que soy invencible, porque eso hacemos nosotras: cuidarnos.
Sin embargo, también admiro a todas mis hermanas “anónimas”, aquellas que excluidas del sistema de empleo formal se dedican al trabajo sexual, la estética o están en condición de indigencia. Con quienes al cruzar miradas puedo reconocer la misma alegría que hay en mí, la alegría de poder ser. A ustedes les celebró su resistencia y resiliencia.
La mujer que quiere ser agente de cambio debe tener ímpetu, actitud, temple, empatía y prudencia. Como dijo San Ignacio de Loyola: “Con la cabeza fría y el corazón ardiendo”. Nuestra lucha es de resistencia por el porvenir. Ser la semilla para que las que vengan cuiden el retoño y lo protejan hasta que sea el árbol que por fin de frutos.
“SI NO SOMOS NOSOTRAS, ¿QUIÉNES?, SI NO ES AHORA, ¿CUÁNDO? POR LAS QUE FUERON, POR LAS QUE SON Y POR LAS QUE SERÁN”
- Michelle Artiles
Neribeth Bracho - Dime dónde vives y te diré quién eres
Mujeres que le inspiran: Rosa Parks, Maritza Montero, Celsa Carpintero
LOS SERES HUMANOS JUGAMOS UN PAPEL IMPOR- TANTE EN LA TRANSFORMACIÓN DE REALIDADES.
Yo decido hacerlo desde el amor, la justicia y la bondad. Defender tus derechos es defender tu libertad y el camino de la libertad implica elegir de forma responsable como actuar con los demás y con quién compartir tu trayecto.
Por esto, creo que lo más importante para promover los derechos humanos es construir redes con personas con la misma ética de trabajo para que, de esa forma, cada avance individual pueda ser visto como un avance colectivo. Otra recomendación, por supuesto, es mantenerse en formación constante y nunca enfocarse en una sola realidad. Más allá de nuestra área de trabajo en particular existen muchas otras necesidades que ameritan ser escuchadas y comprendidas.
Estudié Psicología en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado6 y una de las áreas que moldeó la forma en que veo mi rol como profesional fue la psicología social. Ésta analiza los procesos psicológicos que influencian el funcionamiento de una sociedad, y en este sentido, tomando en cuenta que los derechos huma- nos son un conjunto de valores intrínsecos a la persona humana, los cuáles les deben ser respetados y garantizados sin ningún distingo, considero que fomentar el conocimiento y empoderamiento en ellos por parte de toda la sociedad y, en particular, de aquellos grupos vulnerables, es una herramienta de transformación social.
“DIME CON QUIÉN ANDAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES”
Dice el dicho: “dime con quién andas y te diré quién eres”, para mí es más un: “dime dónde vives y te diré quién eres”. El lugar de residencia nos da el contexto al que estamos expuestos y, en mi caso, fue marcado por la violencia y la delincuencia. Además, fui discriminada y objeto de malos tratos por vivir en una comunidad vulnerable. No se confía en las personas que provienen de los barrios y, por esta razón, se me hizo muy difícil acceder a oportunidades académicas y laborales dignas.
Mi madre nació en una zona rural, y siendo ella una niña se dedicó a la crianza de sus hermanos menores. Decidió cambiar su rumbo y a los 13 años se fue a la ciudad a trabajar. Quedó embarazada y asumió el reto de ser una madre soltera, sin embargo, conoció a una persona que nos invitó a construir una familia. Él también había tenido una niñez muy dura, pero ambos se esforzaron para que mi futuro fuera diferente. De niña tenía que andar 30 minutos por un camino de tierra para llegar a la escuela más cercana, razón por la que mis padres decidieron mudarse a un sector con una escuela más cercana. Sin embargo, en esta nueva comunidad reinaba la inseguridad, el conflicto entre bandas y la pobreza. Era una “zona roja” cargada de estigmas sociales. De ese contexto surgió mi interés en ser voz para promover la organización y participación social para la transformación comunitaria.
Encontré mi camino en los derechos humanos gracias a EmpoderaME, quién confió en mi potencial como líder y me seleccionó para ser parte de un programa para mujeres universitarias. Junto a otros compañeros fundamos el movimiento “Defiende la U” y junto al impulso formativo empezó un camino de compromiso, formación y acción: movilizaciones, reuniones, manifestaciones y denuncias exigiendo libertad de expresión, autonomía académica y el cese de la represión por parte de las fuerzas de seguridad del Estado.
MI ETAPA UNIVERSITARIA FINALIZÓ Y TRANSITÉ A NUEVOS ESPACIOS.
Actualmente me dedico a trabajar con comunidades de zonas vulnerables del estado Lara llevando a cabo un trabajo formativo de empoderamiento a mujeres a través del amor propio, para que puedan asumir roles de liderazgo y ser agentes de cambio en su entorno.
Nuestro país necesita una transformación pro- funda que solo será posible mediante la participación activa de todos los sectores de la socie- dad en la construcción de estructuras políticas y económicas más justas que aminoren las des- igualdades y falta de oportunidades a las que estamos expuestos en la actualidad. Sin embargo, para lograr esta participación masiva es necesario que cada venezolano y venezolana reflexione y tome conciencia del país posible. Para ellos es necesario la formación; es necesario brindar herramientas para que, como sociedad, podamos afrontar los retos sociopolíticos que vendrán en el futuro.
Me inspiran quienes han sido víctimas del Estado por defender los derechos humanos, los niños y niñas que a pesar de no tener recursos económicos siguen asistiendo a la escuela y las personas que batallan enfermedades en centros de salud en ruinas. Sueño con una vejez digna y segura para mis padres, con las universidades llenas de jóvenes alegres con metas por cumplir y con un país en el que pueda expresarme sin el riesgo de ser perseguida. Sueño con una Venezuela libre y en democracia.
“NUESTRO PAÍS NECESITA UNA TRANSFORMACIÓN PROFUNDA QUE SOLO SERÁ POSIBLE MEDIANTE LA PARTICIPACIÓN ACTIVA DE TODOS LOS SECTORES DE LA SOCIEDAD”
– Neribeth Bracho
Olga González - La fuerza del amor y la convicción de justicia
Mujeres que le inspiran: Rosa Orozco, Mayela Carrillo y Elvira Pernalete
Una de las dichas de mi vida fue conocer y compartir parte de ésta con Leonardo González Barreto: mi esposo, hombre maravilloso y ejemplar. Persona abnegada, que no dudaba en sacrificar su gozo personal por el de aquellos que le rodeaban, quien dedicaba parte de su tiempo libre a alegrar a niños como payaso de hospital.
MI ESPOSO FUE ASESINADO.
El 27 de julio de 2017 mi esposo fue asesinado por el Estado venezolano mientras participaba en una protesta pacífica. Un grupo de funcionarios de la policía del estado Carabobo sorprendió con disparos a los manifestantes. Leonardo logró huir en su vehículo, pero decidió socorrer a un joven de 18 años que escapaba de la policía. Aun cuando el vehículo de mi esposo no representaba una amenaza para ellos, los agentes de seguridad les dispararon: Leonardo y Luis no estaban armados.
21 impactos de bala tenía el vehículo de mi esposo. Una de esas balas atravesó su espalda, recorrió su cuerpo y perforó sus pulmones. Leonardo, al verse herido, se detuvo, bajó del auto y pidió auxilio a los funcionarios: ninguno atendió a su llamado.
CAMINÓ UNOS METROS Y SE DESPLOMÓ EN EL SUELO. SU VIDA SE APAGÓ Y CON ELLA SE FUE MI FUTURO, MI ILUSIÓN Y ESPERANZA.
De un momento a otro mi vida se vino abajo. Estaba sola, con un dolor inmenso y sin consuelo alguno. Sin embargo, en el mismo momento que me hacían un daño irreparable se sembraba una semilla en mi corazón, el principio que hoy guía mi vida:
LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD A TRAVÉS DE LA JUSTICIA.
El 27 de julio de 2017 asesinaron a mi esposo y nací como defensora de derechos humanos para mantener viva la memoria de todos y cada uno de los venezolanos que fueron asesinados por protestar y soñar con un país digno para todos.
En estos casi 5 años de lucha mi principal motivación ha sido el recuerdo de los últimos momentos con él. Ese abrazo y beso que nos dimos sin saber que no habría más son la fuerza que me impulsa a luchar por aquella democracia que él quería recuperar.
LEONARDO ES IMPORTANTE PARA MÍ, PERO TAMBIÉN LO ES PARA LA HISTORIA DE NUESTRO PAÍS.
En la madrugada del 04 de noviembre de 2021 fueron declarados culpables de su asesinato 6 funcionarios. No fue fácil, fueron 1556 días en los que ocurrieron más de 100 audiencias, 2 juicios, 9 fiscales y muchas veces en estos 4 años y 4 meses sentí que no lo lograría. Tantos abusos y vejaciones fueron las que sufrí que estuve al borde de desistir.
Sin embargo, ha sido la fuerza del amor a Leonardo y Venezuela la que me ha ayudado a seguir y encontrar en mi camino a personas maravillosas que me han acompañado en esta lucha. Mi familia de propósito, la Alianza de Familiares y Víctimas de violaciones de derechos humanos en Venezuela (ALFAVIC VZLA) de la que soy una de sus fundadoras y a través de la que puedo apoyar, asesorar y acompañar a otras familias de víctimas de violaciones de derechos humanos en Venezuela.
SOY UNA DEFENSORA DE DERECHOS HUMANOS FORJADA EN LAS DIFICULTADES, REALMENTE NO FUE ALGO QUE ELEGÍ.
Sin embargo, sí que tomé la decisión de hacer algo al respecto. Para mí, la defensa de los derechos humanos consiste en encontrar las vías para el retorno de la democracia y hacer memoria para que estos graves hechos no vuelvan a ocurrir en nuestro país, para que nunca más una familia deba atravesar por un dolor similar y para que cualquier venezolano pueda salir a la calle a protestar con la seguridad de que volverá a su casa sano y salvo.
“HA SIDO LA FUERZA DEL AMOR A LEONARDO Y VENEZUELA LA QUE ME HA AYUDADO A SEGUIR Y ENCONTRAR EN MI CAMINO A PERSONAS MARAVILLOSAS QUE ME HAN ACOMPAÑADO EN ESTA LUCHA”
– Olga González
Sabrina Chirinos - Corazón de voluntaria
Mujeres que le inspiran: Rosa Orozco, Martha Tineo, Theresly Malavé
DE PEQUEÑA ACOMPAÑABA A MI PAPÁ A LAS ACTIVIDADES SOCIALES QUE ORGANIZABAN EN SU TRABAJO.
Recuerdo que una de las primeras experiencias fue en un orfanato en el que pude ver a niñas y niños de mi edad con una realidad muy distinta a la mía. Jugábamos, conversábamos y, conociéndolos, empecé a preguntarme por qué unos sí tenían y vivían unas cosas y otros no.
ESA EXPERIENCIA MARCÓ MI VIDA Y HOY RECONOZCO QUE FUE EL INICIO DE MI CAMINO COMO DEFENSORA DE DERECHOS HUMANOS.
Con el pasar de los años creció mi interés por ayudar a personas en situación de vulnerabilidad y fui voluntaria de varias organizaciones en las que aprendí sobre gestión de proyectos y derechos humanos. En el 2014 ingresé a Estudios Internacionales en la Universidad Central de Venezuela y, paralelamente, la situación económica y social del país empeoró.
El ciclo de protestas de 2017 fue un punto de inflexión: la brutalidad de la represión y las múltiples violaciones de derechos humanos que ocurrieron me hicieron tomar la decisión de dedicarme de lleno y hacer algo para aportar al cambio.
Ese hacer fue la puesta en práctica del “en todo amar y servir” ignaciano. Mi sueño es vivir en una sociedad más humana, en la que nos entendamos y reconozcamos como seres distintos pero iguales en dignidad.
UNA DE LAS DIRECTORAS DE LA FUNDACIÓN SINE QUA NON.
De esa manera y con ese sueño poco a poco la vida me hizo pasar por varias organizaciones en las que pude formarme profesionalmente hasta el día de hoy en el que soy una de las directoras de la fundación Sine Qua Non. Desde este espacio promuevo la humanidad de las personas buscando que éstas tomen decisiones que impacten en su vida personal y entorno.
Además de esto, tuve la oportunidad de trabajar con familias de víctimas de violaciones de derechos humanos contribuyendo a la creación y promoción de memoria histórica.
TODO LO QUE HAGO LO HAGO DESDE EL CORAZÓN.
Para mí, los derechos humanos, no es algo a lo que uno se pueda dedicar sin un compromiso genuino que venga desde lo más profundo de nuestro ser. En mi caso, soy defensora de derechos humanos por mi corazón de voluntaria que sigue siendo el de aquella niña que está interesada en saber más sobre la vida de quienes que no están tan bien, que se conmueve con sus pesares y le pintan una sonrisa sus alegrías. Mi corazón es igual porque lo que quiero hacer sigue siendo lo mismo: ayudar.
Es urgente que las mujeres asumamos liderazgos y tomemos la decisión de ser agentes de cambio en la sociedad. Solo nosotras podemos abrir los caminos y transitarlos para que nuestras huellas sean la guía de aquellas que en el futuro continúen reduciendo las brechas de género y que, algún día, las mujeres podamos ser aquello que nos indique nuestro corazón presión alguna ni limitación más allá de nuestra libre elección.
“ES URGENTE DE LAS MUJERES ASUMAMOS LIDERGO Y TOMEMOS LA DECISIÓN DE SER AGENTES DE CAMBIO EN LA SOCIEDAD”
-Sabrina Chirinos
Sandra Álvarez - Hasta las estrellas
Mujeres que le inspiran: Marie Curie, Malala Yousaffi, Amanda de Álvarez
SOY UNA MUJER DE CIENCIA, UNA PERSONA CURIOSA.
Recuerdo que siendo una niña miraba el cielo estrellado del estado Amazonas y, atónita por su inmensidad, me preguntaba ¿qué hay más allá?, ¿quién soy realmente?, ¿cuál es el significado de la vida? Los años fueron pasando, me fui enamorando de las preguntas y decidí dedicar mi vida a buscar respuestas.
PRIMERO BUSQUÉ RESPUESTAS EN EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO. ESTUDIÉ INGENIERÍA CIVIL, ASTRONOMÍA Y ASTROFÍSICA.
En ellas encontré sentido a muchas de las cosas que nos rodean y pude aprender un poco sobre el vasto y maravilloso universo en el que nos encontramos. A pesar de que ser una mujer en la ciencia no es fácil por las situaciones de discriminación, acoso y subestimación que nos toca enfrentar, no hay razón para desistir en alcanzar las estrellas.
DESCUBRÍ EN LA HUMILDAD Y LA PERSEVERANCIA A LAS MEJORES ALIADAS DE MI CURIOSIDAD INNATA PARA LOGRAR SUPERAR CUALQUIER RETO Y ADVERSIDAD.
Sin embargo, algunas respuestas solo las pude encontrar en las relaciones interpersonales. Cada una de las personas que han pasado por mi vida, aquellas que me ayudaron y aquellas que “hicieron resistencia”, todas por igual me han ayudado a saber quién soy y, de alguna forma, me han guiado a asumir mi misión de vida: formar vocación de servicio en las mujeres.
EN LOS ÚLTIMOS 2 AÑOS HE FORTALECIDO MI LIDERAZGO FORMÁNDOME EN DERECHOS HUMANOS Y PARTICIPANDO ACTIVAMENTE EN LA POLÍTICA DE PARTIDOS.
Porque considero que, para generar el cambio que queremos en el país es necesario que las mujeres tengamos mayor vocación por ocupar espacios de relevancia con capacidad de decidir sobre las políticas públicas. Por muy difícil que parezca este camino, he decidido sembrar conocimiento y ambición en las mujeres de comunidades vulnerables para que, conociendo sus derechos, sean capaces de hacerlos valer ante cualquier abuso.
LA NIÑA QUE ALGUNA VEZ FUI SIGUE DENTRO DE MÍ.
Sigo con la mirada y mis sueños en el cielo. Un cielo sin límites para nosotras las mujeres, en el que con ahínco e ilusión logremos redefinir las limitaciones que nos dan los roles sociales y podamos ser libres, plenas y empoderadas.
“PARA GENERAR EL CAMBIO QUE QUEREMOS EN EL PAÍS ES NECESARIO QUE LAS MUJERES TENGAMOS LA MAYR VOCACIÓN POR OCUPAR ESPACIOS DE RELEVANCIA”
-SANDRA ÁLVAREZ
Sugled Gasparini - Dios no abandona a sus hijos
Mujeres que le inspiran: Teresita Ferbans, Geraldine Chacón, Vitalina Koval
El 18 de marzo de 2020 mi vida cambió por completo cuando mi hermano John Jairo Gasparini fue secuestrado por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM). Durante 10 días estuvo desaparecido y, en ese tiempo, fue sometido a torturas, tratos crueles e inhumanos. Hoy John es un preso político detenido en La Planta.
MI HERMANO ES MI MEJOR AMIGO, MI ALMA GEMELA.
Siempre hemos compartido nuestras alegrías y pesares. Cuando estaba embarazada tenía muchos nervios y miedos de madre primeriza. A veces lloraba de ansiedad. Mi hermano lloraba conmigo y me abrazaba. Cuando nació mi hijo recuerdo su sonrisa y lágrimas de alegría. Ese es mi hermano, un hombre de familia, amoroso, cariñoso y trabajador: uno de mis pilares.
Esos días de marzo de 2020 fueron los peores de mi vida. Pensábamos que había sufrido algún accidente o que había sido víctima de la delincuencia. Recorrimos cada rincón de Caracas, fuimos a hospitales, centros de detenciones y hasta a la morgue. Lo más difícil fue visitar la morgue y sentir ese nudo en el estómago mientras intentábamos reconocerlos entre cuerpos sin vida: estábamos desesperados.
Llegamos a la sede de la DGCIM en Boleíta, nos dejaron esperando durante horas y luego nos dijeron que “ellos no lo tenían”. Sin embargo, el 28 de marzo de 2020 recibí una llamada en la que, con mucha tristeza y dolor en su voz, pude por fin escuchar a mi hermano decir -estoy bien, me tienen en la DGCIM de Boleíta-. Mi primera reacción al saber que estaba vivo fue agradecerle a Dios, él no abandona a sus hijos. De ahí en adelante empezó un nuevo capítulo en el que poco a poco comencé a comprender la misión que tenía por delante.
Visitando a John para llevarle comida, ropa, agua y utensilios de aseo personal empecé a vivir una doble experiencia. Una era el maltrato y abusos de los funcionarios y otra fue conocer a las otras familias que vivían un sufrimiento similar al nuestro. Ahí estábamos todos, de distintas clases sociales, unas más agradables, otras más empáticas que otras, pero todas sufriendo la misma injusticia. Así fue como conocí a dos familias maravillosas con quienes hubo una conexión desde el primer momento. Conocí a mi amigo y compañero de lucha Franklin Caldera. Con él y a partir de la solicitud de varios de los privados de libertad surgió la idea de organizarnos: así nació S.O.S Libertad.
EN S.O.S LIBERTAD SOMOS UNA FAMILIA
Una organización que ha decidido caminar de la mano de Dios y unir nuestras voces para visibilizar y luchar por la libertad de nuestros seres queridos y la de todos los presos políticos en Venezuela. Mi trabajo consiste en dar a conocer a través de las redes sociales de la organización todos los casos de presos políticos y, además, recibo aportes de amor que envían personas solidarias y hago entrega de ellos en los recintos penitenciarios en Caracas. Mi misión es que cesen las violaciones a los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad.
Hace algunos años no sabía mucho sobre derechos humanos, no mucho más que el promedio de los venezolanos. Sin embargo, esta misión por la justicia me ha llevado a formarme a través de aliados invaluables y gracias a la inspiración que me dan mis padres, mi hermano y mi hijo. Hoy tengo metas muy claras, lucho por una Venezuela libre y democrática en la que se respeten los derechos humanos garantizando que exista verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
El miedo, coraje e impotencia de ver y vivir tantas injusticias es lo que me motiva a construir un país en el que mi hijo pueda vivir con dignidad y en paz. Anhelo con toda mi alma poder ver de nuevo el brillo de felicidad en los ojos de mi hermano y en los de todos los presos políticos y demás víctimas del Estado venezolano. Seguiré formándome y trabajando para crecer como mujer y defensora de derechos humanos con la intención de asumir cualquier rol que se me presente para construir un mejor futuro para nuestro país.
“VIVIR TANTAS INJUSTICIAS ES LO QUE ME MOTIVA A CONSTRUIR UN PAÍS EN EL QUE MI HIJO PUEDA VIVIR CON DIGNIDAD Y EN A PAZ”
-Sugled Gasparini
Yasmin Alviarez Gauta - Sanar y servir
Mujeres que le inspiran: Olga Gauta, Betilde Muñóz, Eva Sabariego
Desde muy pequeña he tenido claridad de lo que quiero en mi vida, especialmente de aquella marca que quiero dejar en el mundo. Entenderlo y descubrirlo no fue sencillo, pero la vida misma se fue tejiendo y poco a poco me fue enseñó cuál sería el rumbo a tomar. Creo que nuestro destino ya está escrito y solo hay que dejarnos abrazar por la vida y disfrutar del camino.
CREO QUE NUESTRO DESTINO ESTA ESCRITO.
Como nada en la vida es perfecto, los momentos altos y bajos nos preparan para aquello que estamos destinados. Debo confesar que viví violencia de género, mi madre también, pero lo cierto es que en el momento no sabía que eso era lo que estaba pasando, e incluso hoy día llamarlo “sufrimiento” no es un calificativo con el que me sienta cómoda. La violencia es algo que viví, pero que, en los espacios adecuados, aprendí a identificar y sanar para así continuar con aquello que sería mi propósito de vida. Por eso, si volviera a nacer elegiría vivir lo mismo de nuevo.
HOY ESTOY FELIZ CON LA QUE PERSONA QUE SOY.
Aprendí a amar tanto mi pasado y cada etapa de la Yasmín que fuí, porque hoy estoy feliz con la persona que soy.
UN “UNIVERSO” TOTALMENTE DIFERENTE.
Empecé a estudiar Derecho y luego de investigar las formas de ejercer decidí involucrarme con una organización llamada AIESEC. A través de ésta conocí los derechos humanos, que desde hace 7 años son una parte fundamental de mi vida. Mientras iba formándome como abogada y defensora participé en un Programa de liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano (PLIUL). Espacio clave en el que pude visitar, conocer y trabajar en las comunidades del Alto Apure. Un universo” totalmente diferente que desarmó todo aquello que daba por entendido acerca de la situación del país, y acepté con humildad la tarea de hacer todo lo que estuviera en mi poder para apoyar a las personas olvidadas por el Estado.
En el 2018 conocí y formé parte de los programas de EmpoderaME, en ellos aprendí cosas maravillosas como conocerme, soltar, inspirar, decidir, accionar y empoderarme. Algo dentro de mi se iluminó y decidí sanar. Fue un proceso indescriptible, arduo y difícil, pero que disfruté mucho. Entonces entendí que mi propósito de vida estaba en la defensa de los derechos humanos, transmitiendo los aprendizajes de todo lo que he vivido.
Por esto, no es casualidad que una vez egresada de la universidad decidiera defender los derechos de la mujer en el Instituto Tachirense de la Mujer y luego en el Servicio Jesuita de Refugiados (JRS). Con ellos conocí la zona de la frontera y pude ver a los caminantes. En mi día a día conocí la realidad de los niños, niños abandonando sus hogares por una situación que no comprenden. Niños muy pequeños caminando en sandalias o descalzos buscando cruzar de forma irregular la frontera, y también aquellos que veía regresar con gran angustia en los ojos después de días de dormir en el suelo.
MI ANIMO NO DECAE PORQUE CONFIÓ EN QUE EXISTEN PERSONAS QUE AMAN Y PROMUEVE LOS DERECHO HUMANOS.
A partir de las realidades y cosas difíciles que he visto y vivido no tengo sino cada vez más fé y esperanza. Mi ánimo no decae porque confío en que existen personas que aman y promueven los derechos humanos. Existen pocas cosas tan maravillosas como conocer, defender, proteger e incentivar a otros a través de la enseñanza de los derechos humanos.
He aprendido que para “amar y servir”, como dicen los jesuítas, primero hay que ser conscientes de quiénes somos, de nuestros valores: eso es amar. Luego, hay que ser sensibles ante las causas que se nos presentan y disfrutar del hacer con pasión y tesón: eso es servir.
SI VOLVIERA A NACER ELEGIRÍA VIVIR LO MISMO DE NUEVO.
Con sus altos y bajos, con las mismas personas, con sus decisiones y con el mismo propósito de amor en el servicio. Encontré propósito de vida en la defensa de los derechos humanos y adquirí conocimientos para ayudar a otras personas a sanar. Sin dudas, un proceso hermoso en el que hay que tener “cabeza, corazón y manos para hacer un mundo mucho más humano”.
“HE APRENDIDO QUE PARA “AMAR Y SERVIR”, COMO DICEN LOS JESUITAS, PIRMEOR HAY QUE SER CONSCIENTE DE QUIENES SOMOS”
-Yasmin Alvierez Gauta
Génesis Dávila - ¿Quiénes, si no nosotras? ¿Cuándo, si no ahora?-
Mujeres que le inspiran: Elvira Llovera Pernalete, Gráinne De Búrca, Eleanor Roosevelt.
MODELO DE NACIONES UNIDAS.
Inicié en este camino de los derechos humanos a los 15 años. Estaba en un Modelo colegial de Naciones Unidas y era la delegada de los Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad, discutimos la crisis humanitaria de Darfur en Sudán. Aquello que en ese momento era solo un juego de roles acerca de un país muy lejano poco a poco se convirtió en una realidad en Venezuela donde diariamente se violan los derechos humanos de todos los ciudadanos.
Años después, al graduarme de abogada, fui seleccionada en el programa de pasantías de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Mi rol era evaluar casos de violaciones de derechos humanos presentadas contra distintos países de la región. Sin embargo, notaba que a pesar de la grave crisis de derechos humanos que enfrentaba el país, casi ninguno de los casos era sobre Venezuela. Esto me pareció preocupante porque en ese año continuaban las manifestaciones que habían iniciado en 2014 contra el gobierno de Venezuela.
¿CÓMO ERA POSIBLE QUE DE TANTAS VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS SOLO HUBIERA 26 DENUNCIAS?
Sentí una gran frustración y, a partir de ahí, decidí documentar estas violaciones y apoyar a las víctimas para que pudieran encontrar justicia en los mecanismos internacionales de protección de derechos humanos ya que en Venezuela no la conseguían.
Es así que durante dos años me estuve preparando buscando nuevas oportunidades. Gané una beca para formar parte del Programa de Liderazgo de la Universidad de Georgetown. A través de este me capacité y entré en contacto con jóvenes de la región para desarrollar la visión concreta de un proyecto. Mientras tanto, en Venezuela se daba el ciclo de manifestaciones del 2017. El Estado venezolano respondió con una violencia nunca antes vista en nuestra historia reciente: cientos de ejecuciones extrajudiciales, miles de detenciones arbitrarias y torturas. A medida que estas situaciones ocurrían me fui convenciendo de la urgencia e importancia de la misión que tenía.
Antes de volver a Venezuela, muchas personas me advirtieron de los riesgos del trabajo que quería realizar y me pidieron que reconsiderara mi vocación. Sin embargo, para mí no era posible. No era y sigue sin ser una opción ser indiferente y desistir en la defensa de los derechos humanos, especialmente por contar con herramientas para contribuir a mejorar la situación. Si no soy yo, ¿quién?, si no es ahora, ¿cuándo? Fue así que me armé de valor y decidí pasar a la acción.
NACIÓN DEFIENDE VENEZUELA
A mediados de 2017 nació Defiende Venezuela. Con un equipo de 3 abogados que durante más de 1 año trabajamos en una oficina muy pequeña en la que empezamos a documentar, entrevistar víctimas e iniciar las gestiones para presentar denuncias internacionales. Hoy, 5 años después, nuestro equipo cuenta con más de 20 integrantes y hemos representado a más de 400 víctimas de violaciones de derechos humanos ante distintos organismos de derechos humanos y cortes internacionales de justicia.
YA NO ES UN JUEGO
Más de una década después, el Modelo de Naciones Unidas se convirtió en realidad. Ya no es un juego. No solo se trata de ser delegada ante el Consejo de Seguridad, se trata de representar a las víctimas y a la sociedad civil ante los sistemas Interamericano y Universal de derechos humanos. Ya no se trata de debatir, sino de tomar acciones denunciando formalmente exigiendo que se determinen los hechos y se evite su repetición, se establezcan responsabilidades y se repare a las víctimas.
A todas aquellas niñas, adolescentes y mujeres que me leen. Si identifican y les apasiona un problema y, con todo su corazón desean cambiarlo, háganse estas preguntas: ¿quién si no yo?, ¿cuándo si no ahora? Nunca subestimen el poder de su determinación y la importancia del impacto que sus acciones pueden generar: Venezuela las necesita.
“NUNCA SUBESTIME EL PODER DE SU DETERMINACIÓN Y LA IMPORTANCIA DEL IMPACTO QUE SUS ACCIONES PUEDE GENERAR”
-Génesis Dávila
Eva Sabariego - Todo esfuerzo tiene sus frutos
Mujeres que le inspiran: Candida Salazar, Génesis Dávila, Zuly Mejías
¿CÓMO HACEMOS?, ¿CÓMO LO RESOLVEMOS?
Eran las preguntas que surgían en conversaciones que escuchaba de niña que, más tarde, me llevaban a estar sentada frente a la computadora ayudando a mi papá a redactar cartas con solicitudes a instituciones públicas para atender las necesidades de nuestra comunidad. Aún sin conciencia de ello, desde pequeña he estado involucrada con los derechos humanos.
TODO INICIÓ EN CASA CON EL EJEMPLO DE MIS PADRES.
A través de ellos adquirí las cualidades fundamentales que nutren mi labor. Cándida, mi madre, me enseñó a ser una mujer independiente, sin miedo a tomar decisiones. Que los roles de género no existen y que la fe encuentra la salida a cualquier circunstancia. De Merchy, mi padre, aprendí que la vocación de servicio es a través del amor al prójimo, la empatía y el respeto. Con él comprendí que vale la pena asumir el riesgo de defender aquello que consideramos justo.
Sin embargo, no fue hasta que llegué a la Universidad de Carabobo y formé parte del movimiento estudiantil que me involucré realmente con los derechos humanos y tuve mi despertar como defensora. En la universidad conocí a personas con diferentes condiciones socioeconómicas y acceso a oportunidades, viví la precariedad de la universidad e identifiqué, junto a un grupo de compañeros, la debilidad del liderazgo:
SIN LEGITIMIDAD Y CADUCOS POR NO RESPONDER A LAS NECESIDADES DE LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA.
En ese momento volvieron a surgir las mismas preguntas de mi niñez: ¿cómo hacemos?, ¿cómo lo resolvemos?, e intentando encontrar una respuesta, decidí formar parte del cambio construyendo una alternativa. En el momento que asumí el liderazgo del “Movimiento Estudiantil Renovación Académica 23” (MERA 23) la Universidad de Carabobo tenía únicamente a 3 mujeres con liderazgos marcados. Nuestra propuesta universitaria era fresca y se basaba en la formación: organizamos foros, talleres y congresos para capacitar a la comunidad estudiantil. Con el tiempo nuestro trabajo fue reconocido y el grupo fue creciendo, llegando a tener presencia en todas las facultades de la universidad. Se acercaban las elecciones universitarias y aspiraba postularme a la presidencia de la Federación de Centros Universitarios.
Sin embargo, en ese momento una persona de mi equipo me dijo que sería muy difícil que yo fuera la candidata por ser mujer, ya que no sería capaz de asumir los costos y riesgos del liderazgo. Que, por ser mujer no sabría lidiar con toda la presión que implicaba la política, y me fue negada la oportunidad de participar y “medirme” en un proceso de elecciones internas para definir la candidatura. Esta discriminación por ser mujer hizo que comenzara un proceso de reflexión que me llevó a separarme de la actividad política y durante algún tiempo estuve desilusionada: sentía que todo mi esfuerzo se había perdido.
PERO LA FE ENCUENTRA LA SALIDA Y EL RECONOCIMIENTO AL TRABAJO REALIZADO LLEGARÍA POR OTRA VÍA.
Apliqué y fui seleccionada para participar de un programa formativo para jóvenes líderes. Lo particular de éste era que brindaba la oportunidad de presentar una propuesta de proyecto que, en caso de ser aprobado, recibía un capital semilla. Así fue que diseñé una propuesta formativa enfocada en 3 áreas: academia, liderazgo y empoderamiento de las mujeres. Lo curioso es que en ese momento yo no sabía tan bien lo que significaba empoderamiento. Simplemente fue una palabra que leí y que “sonó parecida a mí”. Mi objetivo era apoyar a las mujeres líderes universitarias y enseñarles aquello que llegué a necesitar: la visión de lo posible.
Nuestro proyecto fue seleccionado y, sin ser una organización reconocida o contar con el respaldo de alguna entidad, decidimos abrir la convocatoria al programa “Empoderando a Mujeres Estudiantes” para todo el estado Carabobo. Se postularon más de 100 mujeres y fue una experiencia maravillosa, llena de aprendizaje y satisfacción por el trabajo realizado. De los elementos fundamentales de este programa: empoderamiento, mujeres y estudiantes; nació EmpoderaME. Desde entonces, la vida me ha dado la oportunidad de trabajar en el empoderamiento de mujeres, adolescentes y niñas venezolanas a través de la educación con el objetivo de convertirlas en líderes y agentes de cambio para el país. Sueño con una Venezuela en la que mujeres y hombres trabajen juntos, gocen de los mismos derechos y oportunidades y fortalezcan sus capacidades para transformar la realidad.
Dios obra de formas misteriosas y todo esfuerzo que hacemos desde lo profundo de nuestro corazón tiene frutos. A ti, niña, adolescente y mujer que me estás leyendo: no te rindas, avanza con paciencia y tesón. No existe sueño demasiado grande para ti y ten la certeza de que no estás sola. Aún sin conocerte, me inspiras. Espero conocerte y trabajar juntas algún día.
“DIOS OBRA DE FORMAS MISTERIOSAS Y TODO ESFUERZO QUE HACEMOS DESDE LO PROFUNDO DE NUESTRO CORAZÓN TIENE FRUTOS”
-Eva Sabariego
Anuario de la 1era. Cohorte de Defensoras Que Inspiran
En esta primera edición del programa Defensoras Que Inspiran participaron más de 140 defensoras de derechos humanos. Una celebración de la diversidad en la que contamos con mujeres de amplia trayectoria y otras que recién inician. Con enfoques variados que van desde la documentación y denuncia ante instancias internacionales hasta la formación y organización de comunidades vulnerables: tan variadas como ellas mismas. Cada uno de sus liderazgos nos convoca a continuar y mejorar nuestro trabajo en la defensa de los derechos humanos en Venezuela. En definitiva, ellas nos inspiran.
Este anuario fue organizado para que quien sea que revise este material pueda identificar e, incluso, contactar a estas mujeres defensoras de derechos humanos y empezar a construir nuevas redes de trabajo en Amazonas, Anzoátegui, Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Falcón, Guárico, Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Portuguesa, Táchira, Trujillo, Zulia y el Distrito Capital.
A nuestras egresadas, felicitaciones. Y, a aquellas otras defensoras que inspiran que aún no conocemos, muchas gracias por su trabajo y dedicación. Esperamos conocerlas pronto y sumarlas a este grupo ejemplar de mujeres líderes.
Defensoras Que Inspiran
El programa Defensoras Que Inspiran es una iniciativa de EmpoderaME y Defiende Venezuela para contribuir a la lucha contra la deslegitimación y estigmatización de las personas que defienden los derechos humanos en Venezuela.
Se diseñó un programa formativo para fortalecer, visibilizar y promover el liderazgo y labor de las mujeres con el objetivo de reivindicar su rol como agentes de cambio en la sociedad y reconocer las diversidades de áreas de trabajo y trayectoria de éstas.
Esta primera cohorte del programa contó con la participación de más de 140 defensoras de derechos humanos provenientes de los estados Ama- zonas, Anzoátegui, Aragua, Barinas, Bolívar, Carabobo, Falcón, Guárico, Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Portuguesa, Táchira, Trujillo, Zulia y el Distrito Capital. Luego de 3 meses de formación, egresó un grupo plural y representativo del rol fundamental de la mujer en la defensa de los derechos humanos en Venezuela: ellas nos inspiran.
El material “Defensoras Que Inspiran: historias de defensoras emergen- tes de derechos humanos en Venezuela” es la celebración del trabajo realizado y presenta 16 relatos breves de defensoras y, además, reconoce la participación de las egresadas con el anuario de la 1era cohorte del pro- grama formativo.